miércoles, 30 de mayo de 2012



ANOCHECE


Nos sentamos en las rocas, la jornada había sido larga. Caía la tarde y la luz filtrada por el ramaje le daba un resplandor plateado interrumpido por las pequeñas corrientes que se entretenían con los guijarros del riachuelo. Los murciélagos hacían lo mismo con nuestras cabezas mientras perseguían su sustento sobre la lámina de agua.
Así nos quedamos ensimismados un buen rato contemplando el ocaso.
La luz dorada y rosácea se desparramaba por las laderas colindantes, después se fue en busca de las nubes pintando una acuarela de tonos cálidos con infinitos matices; el sol se ocultaba tras las sierras perfilando aceradamente sus crestas al tiempo que las oscurecía y dramatizaba.

Las sombras se adueñaban del entorno y los árboles se tornaron duendes, toda la belleza que nos rodeaba mudó lentamente en misterio, ora allí ora aquí, las oscuras siluetas parecían tener vida y se escondían y aparecían a voluntad del viento.
La luna ya asomaba y cubría con su tenue luz azul plateada lo que el sol abandonaba.


Nos fuimos al fuego buscando refugio en su luz y calor, la contemplaba sentada frente a mí, un lado iluminado por la luz cálida de la hoguera, el otro, por la fría y azul de la luna; parecían dos personas que se apretujaban formando una sola.

Al cabo de un rato y llenos de paz y felicidad por poder contemplar y ser partícipes de semejantes momentos, nos fuimos a dormir amando un poco más esta vida.



hoy, que por fin me he arremangado a subir un nuevo post, no he querido amargaros con algún comentario negativo de la situación actual y lo que he hecho es escribiros un trocito de lo que suelo hacer cada vez que puedo: escaparme al monte y lo que he escrito  arriba es lo me sale de dentro cuando estoy en determinadas situaciones en determinados momentos, que para mí son maravillosos.
y, para que todo esté a juego voy a subir alguna foto que esté a la altura de lo que cuento más arriba.