miércoles, 26 de septiembre de 2012

LA INGENIERÍA ESPECULATIVA Y LA CRISIS


La ingeniería especulativa en las finanzas y la crisis

Llevo un tiempo leyendo bastante sobre la actual crisis y he notado que, cuanto más lo hago, más diferencias encuentro entre los diferentes expertos que opinan sobre el por qué de su inicio, su trayectoria y posible desenlace.
Unos opinan que la culpa la tenemos todos porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades ayudados por un Estado despilfarrador y que los mercados no hacen otra cosa que reaccionar ante nuestras irresponsables acciones.

Otros en cambio, piensan que los verdaderos culpables están en los mercados financieros que han provocado un colapso de la economía con sus actividades especulativas, arrastrando a los estados una vez estos asumieron las deudas. Es decir, que no es que no seamos culpables si no que somos victimas de una crisis provocada por el desmedido afán de riqueza de unos pocos.

Una vez vistas las posturas principales de las dos partes había una cosa que me hacía desconfiar: ¿cómo era posible que, a pesar de ser tan razonables las dos teorías, apenas tuvieran eco las segundas? ¿como es que todos los medios importantes y considerados serios no las tomaran en cuenta? ¿cómo los primeros espadas de los principales partidos, que se suponen miran por nuestro bien, les hacían oídos sordos tan descaradamente? Eran teorías que, por lo menos, merecían ser escuchadas, o de otra forma, deberían habernos mostrado con resultados claros y convincentes las bonanzas de las que ellos defienden y los errores de las otras.

Como consecuencia de tal despliegue favorable a las tesis mayoritarias (la primera), la población cree que son las ciertas y que los que están en contra no son más que conspiranoicos que disfrutan metiendo miedo o que, simplemente están locos.

Creo firmemente que lo que realmente ocurre es que la mayoría de la gente es incapaz de reconocer su ignorancia y de aceptar el desinterés sobre un tema al que jamás prestaron atención; Es por ello que se suman a las teorías mayoritarias que ya se encargan de darnos los razonamientos “deconstruidos” y así ahorrarnos pensar y perder un minuto, eso sí, se apuntan porque no les queda más remedio, pues les está afectando enormemente y parecerían de otro planeta si mostrasen el mismo interés por el tema que antes: ninguno.

Es fundamental intentar poner un poco de luz, a mi modesto entender, a todo este asunto de la crisis, pues si conseguimos llevar al idioma de los mortales algunas prácticas y términos utilizados hoy en la inescrutable economía financiera, muchos de los dogmas de fe admitidos por los ciudadanos se caerían como castillos de naipes.

La primera pregunta que se debe intentar explicar es ¿qué son los mercados? Sí, porque todo el mundo habla de ellos y no todos saben exactamente a qué están refiriéndose.

¿qué son los mercados?

Según los partidarios de la tesis mayoritaria los “mercados” son los ahorros de la gente, es decir, los fondos de pensiones, los planes de pensiones de funcionarios, cooperativas de ahorros, las cuentas a plazo fijo, las hipotecas, los préstamos solicitados para adquisiciones de todo tipo...etc. O sea, en tanto que ahorradores el mercado somos todos. De esta manera todos somos, de alguna forma, culpables del desaguisado.

Según los partidarios de la tesis minoritaria los mercados son sencillamente el lugar donde colocan NUESTRO dinero, las hipotecas, las tarjetas de créditos, préstamos empresariales...etc. Y esto es “colocado” dentro de unos paquetes (productos financieros) con los que luego negocian en el mercado secundario o de derivados los principales usuarios de estos mercados (inversores), quedando al margen de esta actividad y de los beneficios obtenidos la mayor parte de la ciudadanía.

Nos debe quedar claro entonces que, efectivamente y queramos o no, somos parte de estos mercados, porque toda nuestra actividad económica (el dinero, el uso de tarjetas de débito, hipotecas, préstamos, planes de pensiones y cualquier otra) es transferida automáticamente a través de nuestro banco al mercado, introducida en un producto financiero cuyo principal objetivo es abastecer de suficiente materia prima el escaparate financiero y así ponerlos a disposición de los ávidos inversores en número suficiente para que puedan seguir comprando y especulando y aumentando exponencialmente sus beneficios. O sea que, aunque el mercado somos todos, unos lo somos para llenar los productos y otros para especular con ellos y buscar beneficios.

¿cómo hay tanto dinero disponible?

Mucha gente piensa que todo el dinero que existe es el que imprimen los estados a través de sus bancos centrales, sin embargo, este dinero apenas supone el 10% del total, el resto es el denominado dinero bancario.
Este dinero lo “fabrica” el propio banco, me explico: cuando pides un préstamo y el banco te lo concede, te da dinero que alguien a ingresado en una cuenta, por ejemplo si hay un ingreso de 200€ el banco puede disponer por ley de un porcentaje de ése depósito para realizar préstamos (sólo está obligado a mantener en caja un porcentaje pequeño del dinero que ingresan los ahorradores), entonces si te conceden el préstamo, por ejemplo 100€, te pide un interés a cambio (pongamos el 5%). El dinero que hay ahora es 200 que están ingresados en la cuenta, otros 100 que el banco te ha prestado (que son100 de los 200 de la cuenta) y el interés que te pide el banco por dicho préstamo. Es decir, de la noche a la mañana, los 100€ iniciales se convierten en 305€ (sumando 200 a los 100 del préstamo y a esto le sumamos los intereses).
A esto se le llama dinero bancario y, como es lógico, los bancos se han esforzado desde siempre en aumentar todo lo posible este dinero, pues es gracias a él como consiguen riqueza, influencia y poder.
Hay que tener en cuanta que ese dinero no está respaldado por ningún país ni institución, entonces... La cuestión es ¿qué pasa cuando el castillo de naipes se derrumba? ¿quién se hace responsable de la montaña de dinero bancario cuando los negocios salen mal? Es fácil la respuesta: el Estado acude al rescate y lo pagamos los ciudadanos.

Una vez comprobado cómo aumenta el dinero bancario es fácil comprender el porqué de tal cantidad de dinero circulando.

El dinero real, es decir, el fabricado por los estados también ha sufrido una enorme concentración, quedando en las manos de un número cada vez menor de ciudadanos que han logrado acumular enormes fortunas y poder.
Esto ha sido posible gracias a una tendencia que se ha venido sucediendo a través de los años en la que el capital ha conseguido influir cada vez más en las cuestiones políticas y ha logrado imponer normas que le eran claramente beneficiosas, fundamentalmente en lo que a cuestiones laborales e impositivas se refiere.
En concreto en materia de impuestos las grandes fortunas y el empresariado tienen unas tasas impositivas muy inferiores a las de las rentas del trabajo; además y como si este privilegio no fuera suficiente evaden grandes cantidades a paraísos fiscales, lugares desde donde operan los principales inversores especulativos a través de los fondos de inversión.
Ésta situación da lugar a dos circunstancias:

_ Los Estados ingresan menos y deben endeudarse y acuden a los mercados a por dinero y... ¡qué casualidad! Ahí están esos que no pagan impuestos con sus cuentas a rebosar dispuestos a darles prestado el dinero “ahorrado” que han evadido y, por supuesto, también están los bancos, deseosos de seguir aumentando la cantidad de dinero bancario en circulación. Estos préstamos, además de darle más poder a la banca, tienen como colateral (garantías) los bienes públicos, que van pasando a manos privadas aceleradamente a través de las privatizaciones a que se ven obligados los estados cuando empiezan a tener problemas para amortizar la deuda más los intereses...con la particularidad que cuanto más grave sea la situación del país, más barato estará dispuesto a vender.
_ La otra circunstancia es que el dinero que “ahorran” las multinacionales por no pagar impuestos, dado que la economía real cada vez genera menos beneficios, no es invertido de nuevo en las empresas (economía real) es dirigido fundamentalmente a las inversiones especulativas mucho más rentables (economía virtual)
Hay que considerar que ese dinero “ahorrado” por las grandes fortunas y las multinacionales significan miles de millones de € (incluso billones) a nivel mundial con lo que están capacitados de sobra para influir en los mercados.

Por otro lado, los altos niveles de endeudamiento estatal se deben principalmente, además de lo anterior, a la socialización de las pérdidas, es decir, los Estados se encargan de asumir, con dinero público, las pérdidas provocadas por entidades privadas (bancos comerciales, corporaciones financieras, aseguradoras, bancos de inversión etc) con lo que se ven obligados a acudir a la subasta de deuda (pedir prestado) con más asiduidad y, por culpa de la deuda adquirida, el dinero prestado viene acompañado de un interés mayor, con lo que el círculo vicioso se cierra en una espiral crítica.

Pues bien, ya debemos tener claro que los mercados no son ese lugar donde se acumula el dinero de todos los ciudadanos y que su funcionamiento se rige por la natural actividad de la oferta y la demanda y que ahora nos toca perder porque hemos hecho las cosas muy mal (hemos vivido por encima de nuestras posibilidades).


Mercado primario y mercado secundario.

Esto es importante tenerlo claro porque se suele escuchar bastante y no todos saben qué diferencias existen entre uno y otro.

_ Mercado primario.

Es cuando acudimos a la bolsa con nuestra empresa en busca de dinero y la troceamos para que los posibles compradores (inversores) adquieran los trozos (títulos, acciones, bonos...) digamos que la colocamos en el escaparate (cuando Rato tocó la campanita al hacer la presentación de la entrada de Bankia en la cotización bursátil). Es muy importante que los productos sean reconocibles (Repsol, Endesa, Banco Santander...) para poder evaluar convenientemente el “valor” de las empresas y comprobar que el de los títulos (acciones...) están en consonancia.
En definitiva, este mercado primario es el que pone en contacto a las empresas que buscan capital con los que lo tienen.


_ Mercado secundario.

Una vez hemos colocado nuestra empresa troceada y han sido adquiridos nuestros títulos, se pasa a un segundo mercado (el secundario) en el que los compradores (inversores) de esos títulos se dedican a hacer negocios con ellos. Es aquí donde se producirán las subidas o bajadas del valor de los mismos.
Es decir, es aquí donde entra con fuerza la economía financiera especulativa.

¿porqué fue tan importante la desregulación financiera?

Para calibrar la importancia de éste tema es necesario exponerlo en cuatro apartados:
  1. En primer lugar permitió eliminar muchas normativas reguladoras que suponían un freno al aumento exponencial de la economía especulativa, una de las más importantes fue la Glass-Seagall Act aprobada en 1933 como respuesta al crack del 29 en EE-UU y derogada por la Gramm-Leach-Bliley Act de 1999.
    Esa norma fue fundamental pues por un lado impedía que los bancos comerciales (los tradicionales donde vamos a depositar nuestros ahorros) operaran en los mercados financieros especulativos, es decir, que una vez derogada esta ley, nuestros ahorros pasaban al mercado financiero y nos convertíamos, quisiéramos o no, en inversores. Y por otro, impedía que estos bancos se pudieran fusionar con los bancos de inversión, aseguradoras o entidades financieras. Derogada la norma, las fusiones masivas sobrevenidas crearon gigantescos monstruos financieros que manejaban cantidades astronómicas de capital influyendo decisivamente a su favor en los mercados.
    Ahora, nuestros ahorros a plazo fijo, nuestros planes de pensiones, las hipotecas etc. queramos o no, están circulando en la nebulosa especulativa. Como ves esta ley es importantísima y apenas se habla de ella en los medios ni la nombran los poíticos.
  2. Esta desregulación facilitó que pudieran “inventarse” nuevos productos que sólo buscaban colocar la enorme montaña de capital disponible en vez de crear riqueza en la economía real, eran nuevas formas de satisfacer las ansias de fortuna de los inversionistas y de proporcionar vías de expansión a las cada vez más desaforadas exigencias de las corporaciones, porque en la economía neo-liberal debes generar beneficios de manera exponencial o estás muerto.
    Al no haber regulación los nuevos productos sólo tenían como límite el de la imaginación del que los creaba y, cuanto más complejos, más fácil era engañar a los inversores en cuanto a la fiabilidad de dichos productos como objetos de inversión.
  3. La desregulación facilitó la globalización financiera que permitió el movimiento de capitales de una parte a otra del globo sin ninguna traba, fue un complemento esencial para el triunfo de las finanzas especulativas.


  1. Y, por último, la generalización de los medios telemáticos supuso el colofón para el crecimiento exponencial de las operaciones y con ella la rentabilidad, pues se podían traspasar miles de millones con sólo apretar un botón.




¿por qué ha sido tan determinante en la crisis el abandonar la inversión en la economía real?

Para responder a ésta pregunta es necesario antes explicar un poco qué es la economía real y las diferencias con la economía especulativa:

a) Economía real.

Significa que un inversor pone dinero en una empresa comprando sus acciones en la bolsa, que esa empresa, gracias al nuevo capital, ha podido optar al concurso de más y mayores obras.
Gracias a ésta entrada de capital el propietario de la empresa puede contratar más trabajadores, hacer subcontratas, pedir materiales...con lo que hay crecimiento económico. Como es obvio, los beneficios de ésta empresa se obtienen cuando termina los trabajos de manera óptima y se reflejan en sus acciones, que aumentan su valor y, por consiguiente, el inversor ve aumentar el de su cartera; si por el contrario la obra no se lleva a término, el contratista no la cobra y tiene pérdidas y esas pérdidas se reflejan en las acciones que tiene el inversor. Por tanto a todos les interesa que la cosa vaya bien.

b) La economía especulativa.

Funciona de manera diferente: los inversores apuestan a si la obra del aeropuerto va a terminarse o no y para ello no es necesario, y esto es lo más importante, poner un euro en la empresa que va ha desarrollar las obras, es decir, la economía especulativa tiene dos aristas muy peligrosas y potencialmente dañinas, la primera es que no se invierte en las empresas u otros bienes o sociedades que generan riqueza del tipo obras, comercios, negocios, préstamos etc. (que son en definitiva los que crean la mayor parte de los empleos) y segundo, al no haber puesto un duro en el negocio les da igual que se caiga o no, lo único importante para ellos es que ocurra por lo que han apostado, incluso que se caiga si es por eso por lo que han pujado ¿tiene o no tiene esto peligro?.

Por eso el desvío de capitales a la economía virtual especulativa en vez de generar crecimiento económico y riqueza a la población, lo que ha provocado ha sido un frenazo en las mismas y a los únicos que ha beneficiado ha sido a los grandes inversores.

Al ser tan rentable no sólo se ha ido la mayoría del capital inversor a éste mercado, también se han “llevado” el de los pequeños ahorradores y clientes comunes de bancos que no son inversores.

Ahora que ya sabemos más o menos qué son los mercados y cómo están “regulados” pasaremos a explicar lo más someramente posible (dentro de su complejidad) cómo funcionan.



Invertir en los mercados

En los mercados se puede invertir, principalmente, de tres maneras:

    1) Comprando acciones-bonos en la bolsa.
    Este procedimiento es el clásico y consiste en adquirir títulos de las diferentes empresas y corporaciones que han entrado a cotizar en la bolsa (en España es el IBEX 35).
    En este modelo el valor de las acciones va determinado por el valor de las empresas que las emiten y éste valor está, a su vez, muy relacionado con la capacidad de la empresa por atraer inversores que compren sus acciones, con lo que el círculo se cierra y empresas e inversores luchan por los mismos intereses.
    El valor de las acciones está regulado por un mercado secundario que afina hasta la centésima de euro dicho valor.
    Todo el tinglado está dotado de un mecanismo de control (en España por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, CNMV). Lo que crea una especie de corsé que impide un crecimiento exponencial de los beneficios y por ende de los riesgos.
    Todas las empresas, fundaciones, sociedades... que están presentes son reconocibles y tienen una actividad perfectamente definida (Repsol, Telefónica, Banco Santander...) y por eso es relativamente sencillo saber, en el mercado secundario, el valor de sus títulos.
Esta inversión estaría dentro de la denominada economía real.

2) Comprando productos para venderlos más adelante.
Esto ya se denominaría invertir en el “mercado de derivados” o “de futuros” y sólo existe en el mercado secundario (en el apartado 3 explico lo de “derivados”).
Se pueden adquirir productos financieros (títulos) o de materias primas (trigo, maiz, petróleo, minerales etc).
Consiste en que compras un producto para venderlo en otro lugar donde sea más caro o lo guardas hasta que su valor aumente y entonces lo vendes.
Estás especulando con los valores futuros de un producto.
Esta actividad forma parte de la economía real especulativa.

3) Realizar apuestas sobre el valor futuro de los productos.
Estas operaciones también estarían dentro del mercado de derivados, en los denominados “mercados de futuros” y es aquí donde apareció la llamada “ingeniería financiera” causante principal y en primera instancia de la crisis actual.
Se desarrolló a partir de la actividad comentada en el apartado 2, a la que se le dio una vuelta de tuerca debido al aumento del capital disponible de los inversores (ya explicado más arriba) que demandaban nuevos productos para invertir y que le generaran mayores beneficios y, por definición, con más riesgo.
Esta “ingeniería financiera” creó toda una suerte de productos y prácticas comerciales altamente sofisticadas que son las causantes de la fobia de los ciudadanos a los temas económicos.

¿Qué es un derivado financiero?
Es un contrato financiero, un pedazo de papel, que puede ser comprado y vendido a cambio de dinero real, pero no tiene valor en sí mismo, el valor le viene derivado (de ahí su nombre) de algún otro producto.
Una práctica muy extendida y que sirve de ejemplo es cuando crean un producto con un determinado nombre (MBS, RMBS, CMBS, CDS, CDO´S, CDO´S SINTÉTICOS... etc), colocan dentro del producto títulos (el contrato de una hipoteca, de un préstamo estudiantil o de un empresario, préstamos para la compra de un vehículo, créditos de tarjetas, fondos de pensiones...) y asocian el valor de este producto con el de los títulos que contiene, es decir que el valor del producto es “derivado” del de los títulos (de ahí el nombre de “mercado de derivados”).
Así, si los títulos suben o bajan, se refleja en el producto, y las ganancias o pérdidas dependerán de la cantidad que se haya apostado y de si se ha apostado a corto plazo (que perdían valor los títulos) o a largo (que ganaban).
¿y cómo sube o baja el valor? depende de la “calidad” de los títulos, es decir, de la solvencia de los que los contrataron y de la “rumorología” en el parqué (si se corre el rumor de que no se van a pagar, de que se van a pagar con holgura...)
Esto es muy importante e indica la complejidad del modelo, ya que, al contrario que en la bolsa tradicional, aquí los que indican el valor de los títulos no son empresas reconocidas si no toda una amalgama variopinta de contratantes de hipotecas, de préstamos de vehículos, de tarjetas de crédito... y resulta prácticamente imposible calibrar los riesgos reales a la hora de tasar el valor de los títulos.
Ingenioso, ¿verdad?, así nadie es capaz de saber con exactitud la calidad de los productos.

Bien, pues básicamente y muy esquematizado, esto es lo que hay en cuanto a la economía financiera, ¿a qué no es tan complicado?.

Ahora entramos en el tema que más miedo da: la economía financiera especulativa y su hija la ingeniería financiera.

Entrar aquí es, muy a nuestro pesar, fundamental para comprender la crisis.

Hagamos un poco de historia:

Hasta principios de los 80, invertir en la economía real fue rentable, pero a partir de esta fecha, con la implantación de las ideas neo-liberales, las rentas del trabajo (los salarios) y los derechos laborales fueron mermando, al mismo tiempo y promocionada por la nueva ideología, se aumentó la carga impositiva a las rentas del trabajo y se rebajó las del capital y las de las empresas.
El desarrollo tecnológico y la mayor organización, permitió un gran aumento de la capacidad de producción.
Así las cosas, tenemos por un lado unos beneficios del capital en constante crecimiento (disminución de salarios e impuestos) y un excedente de productos (crisis de sobreproducción) también en aumento.
Por el otro tenemos a una clase trabajadora (la mayor parte de la sociedad) con menor capacidad de consumo (subidas impositivas y bajadas salariales) y mayor inseguridad (pérdida de derechos laborales).
No hay que ser un lince para darse cuenta de las consecuencias que tal situación trae consigo:
La economía real se frena porque las empresas no venden al ritmo que producen y las familias no consumen lo suficiente para rentabilizar la producción y acelerar la economía..
llegados a éste punto es entonces cuando el capital, no obteniendo suficiente rentabilidad, deja de invertir en la economía real (no invierte en sus empresas o en otras actividades productivas) y empieza a desviarse hacia la economía especulativa buscando la máxima rentabilidad.
A este capital desviado se le suman las cantidades que son evadidas al fisco (encima que cotizan poco) que el Estado no ingresa y que, enviadas todas a los paraísos fiscales, son recibidas con los brazos abiertos por los fondos de inversión, especializados en invertir en la economía especulativa (la mayor parte de estos fondos se ubican en dichos paraísos).
Aquí es importante resaltar que no todos los paraísos fiscales son islas lejanas o países en lugares en desarrollo, por ejemplo Luxemburgo, Suiza y la misma ciudad de Londres (la city) son paraísos fiscales.
Y ya hemos hablado de lo que significa de negativo el desvío de la inversión a la especulación, porque la que crea riqueza es la economía real (puestos de trabajo, fábricas, bienes, etc), la especulativa sólo crea dinero del valor ya creado.
Esta masiva llegada de capitales dio mucho poder a sus poseedores, que presionaron para eliminar las regulaciones, promovieron la globalización de la economía y fomentaron la creación de productos desarrollados a través de la denominada ingeniería financiera.
Por otro lado para mantener en lo posible el consumo lo que se hizo, en vez de subir salarios, fue bajar los tipos de interés, lo que facilitó el acceso al crédito de la población, que acudió masivamente a ellos para mantener el poder adquisitivo.
Esto proveyó a los bancos de material masivo (préstamos hipotecarios, de tarjetas, préstamos personales) para introducirlos en los paquetes (productos derivados complejos) y lanzarlos al mercado para que fueran comprados por los especuladores con los bolsillos llenos de capital.

Esto es un resumen para que veáis de dónde han salido esas enormes fortunas que son invertidas en las finanzas y que, aunque parezca que no, sí nos han acabado afectando y bien.
¿se entiende no?

Antes de pasar a explicar los productos financieros complejos más importantes es necesario repasar algunos factores relacionados para una mejor comprensión del tema.

La especulación.

Esto es mejor explicarlo con un ejemplo:
supongamos que quiero especular en el sector inmobiliario. Entrego una señal de 3000€ por tres pisos que todavía no están acabados a la constructora, los pisos valen 100,000€ cada uno, pasan unos meses y suben los precios hasta 150,000 el piso. Los pongo a la venta y una vez conseguido compradores los pongo en contacto con la promotora que cobrará 300,000 € por los tres pisos, que es lo que valían cuando les dí la señal. Los compradores habrán pagado 450,000 por los tres, la diferencia, 150,000€ a mi bolsillo y no he tenido gasto alguno en escrituras... ¡negocio redondo!.
El problema surge cuando no suben los precios y me toca quedarme con los pisos.
No creo necesario extenderme más sobre el tema porque éste caso es uno de los más populares entre la gente gracias a nuestra burbuja inmobiliaria, que nos hizo a muchos ciudadanos especuladores.
En la economía financiera se hace básicamente lo mismo, pues se intenta comprar barato para vender caro, la diferencia es que aquí no hay pisos ni nada parecido, aquí los productos comprados son papeles cuyos valores vienen determinados (derivados) de otros productos (hipotecas, créditos...) que han sido titulizados (títulos) y gracias a la desregulación se permiten todo tipo de prácticas para actuar sobre estos títulos en los mercados financieros (comprar, vender, apostar a corto, a largo, ...)

El apalancamiento financiero.

Ya empezamos con las palabrejas ¿eh?.
Bien, pues esto tampoco tiene ninguna dificultad, aunque parezca lo contrario.
En el mercado financiero las variaciones en los valores, que son las que indican las ganancias o las pérdidas, son muy pequeñas, normalmente de décimas y esto supone que, para obtener grandes beneficios, es necesario hacer grandes inversiones.
Esto trae dos problemas:
_ El primero es que no todo el mundo tiene esas cantidades de capital disponible.

_ El segundo es que los que tienen ese capital, sólo invierten esas grandes cantidades si la rentabilidad va a ser muy elevada ¿para qué utilizar tu fortuna en minucias?

Para solucionar estos dos problemas apareció el apalancamiento que no es otra cosa que esto:
tomando como ejemplo la compra de pisos del apartado anterior, el que quiere invertir en el mercado de productos derivados complejos hace lo mismo que el comprador del piso: dar una señal por la inversión (apuesta) en un determinado producto que tiene un valor mucho mayor y un banco o un broker (intermediario) nos “presta” el resto, por ejemplo: una persona puede tomar una posición (apuesta) de 100,000€ en un producto, pongamos por caso en hipotecas “prime” (ojo, que estas son buenas, las malas son las sub-prime), esta apuesta la apalanca por el triple, es decir que el banco o el broker le presta 300,000€.
Si hay ganancias o pérdidas éstas se multiplican por el nivel de apalancamiento, en este caso por 3.
Con esto solucionamos el problema de los que no disponen de mucho capital porque no es necesario poner todo el valor de un producto para apostar en él y podemos multiplicar las ganancias (y las pérdidas); también solucionamos el de los grandes inversores porque estos pueden apostar apalancando por 10, 20, 30, 40...(la desregulación permitió estas barbaridades de apalancamientos) por lo que las ganancias son astronómicas (y las pérdidas, como estamos sufriendo ahora).


Bolsas over the counter

Es una manera de operar al margen de los regulados mercados bursátiles oficiales. Los grandes inversores realizan operaciones masivas en opacos espacios operativos “privados”. Son redes facilitadas por los bancos que ponen en contacto clientes compradores y vendedores al margen de las bolsas, donde las transacciones de títulos se efectúan sin desvelar cantidades ni precios.
En este tipo de mercados es donde actúan con total impunidad los nuevos productos financieros complejos y es donde se toman los mayores riesgos.
No hay que olvidar que todo esto fue posible gracias a la desregulación, que ha convertido a la economía financiera en un lugar donde rige la ley de la selva.
El crecimiento exponencial del capital que se mueve en estos mercados obligó a las bolsas tradicionales ha bajar el nivel de sus regulaciones para atraer de nuevo a los grandes inversores y ha fusionarse para crear mercados más grandes que pudieran competir con los “over the counter”.

El FOREX (mercado electrónico de divisas – foreign exchange)

Otra palabreja.
Es el mercado financiero más grande del mundo (antiguamente se llamaba mercado de divisas). Diariamente miles de millones de divisas son negociadas en diferentes monedas en todo el mundo.
Es un medio para ganar/perder dinero fácil y rápidamente gracias a la electrónica y al apalancamiento.
Los movimientos dentro del mercado pueden ser tan importantes que los gobiernos intervienen lo que pueden en él para controlar la fluctuación del valor de sus propias monedas.
Hablo de éste mercado porque es el que juega con el valor de las monedas de los países y mueve tal cantidad de capitales que si apuestan, por ejemplo en contra del euro con una cantidad suficiente, es decir a que baja su valor (porque hay que saber que las monedas son utilizadas en el mercado financiero actual como un producto más y se puede especular con ellas), el Banco Central europeo no puede hacer nada (el flujo diario en este mercado supera los 4 billones de $, 5 veces superior al total de todas las reservas acumuladas por todos los bancos centrales del planeta).
Esto antes era imposible que pasara porque hasta 1971 (año en que se abolió la norma) estaba regulado y la operatividad de los mercados de divisas quedaba restringida por unos topes sobre los tipos de cambio impuestos por las autoridades monetarias.
En este mercado menos del 5% son operaciones relacionadas con el comercio de divisas, el 95% restante es pura especulación.
Por ello, se ha convertido en un mercado volátil, básicamente especulativo, en el que el dinero-divisa es una mera mercancía como si de patatas se tratase y en el que la rumorología, los presentimientos y las noticias juegan un papel fundamental en las decisiones de los participantes.
Otra cosa ha tener en cuenta es que éste mercado es “virtual” es decir, que no tiene un centro de contratación (una ubicación física) sino que se opera “online” (es decir, es un mercado over the counter), con lo cual un inversor puede operar desde la pantalla de su ordenador de casa en el mercado de divisas en tiempo real, lo que da pie a la montaña ingente de capitales que se mueven a diario y que no pasan los controles regulatorios que sí tienen los que operan desde las bolsas tradicionales.



Hedge funds

Esta sí que mete miedo ¿eh?.
Pues tampoco tiene mucho misterio:
son simplemente fondos de inversión “alternativos” es decir, que operan en los over the counter, para que no puedan ser controlados. Son los más dinámicos y están la mayoría ubicados en los paraísos fiscales.
Son sociedades (fondos) privadas con un reducido número de participantes multimillonarios e inversores institucionales, su exclusividad y dificultad de acceso es debida a las elevadas exigencias de capital (en muchos casos la inversión mínima es de 5 millones), lo que hace que sólo lo más selecto del capital financiero pueda convertirse en socio.
Su principal ventaja es que estos fondos suelen estar muy bien “informados” y además son muy “influyentes”.
Operan al margen de las regulaciones y buscan grandes beneficios y para ello realizan las operaciones hiperapalancadas más arriesgadas con todo tipo de productos financieros complejos diseñados para la más sanguinaria de las especulaciones.


Private-Equity (fondos de capital riesgo)

Son fondos que funcionan de forma parecida a los Hedge Funds. El nombre “Private” significa “fuera de bolsa” o sea son “over the counter ¿te das cuenta cómo ya vas comprendiendo algunas palabrejas? Y por tanto no están reguladas ni sus operaciones son lo públicas que deberían.
Están especializados en comprar y reestructurar empresas fuera de la normativa y controles a los que sí están sometidas las que cotizan en bolsa.
También son grupos selectos, aunque menos porque antes se exigía un capital mínimo para ingresar el el club de entre 2 y 25 millones de $ y actualmente “sólo” se requieren 2500.
al igual que los Hedge Funds están fuertemente apalancados y se localizan en paraísos fiscales.

¿cómo operan?

Compran empresas con ingresos demostrables y estables con créditos que les piden a los bancos. Suelen comprar empresas cotizadas en bolsa para sacarlas del mercado y, una vez en manos privadas, lejos de los ojos de analistas y reguladores de mercados financieros, se entregan a despachos de abogados y economistas especializados que proceden a reestructurarlas (eliminando empleos, vendiendo activos inmobiliarios, reubicando plantas, …) con el objetivo de revenderlas o reintroducirlas en bolsa. Utilizan a las empresas como material para llenar los paquetes y especular (no tienen bastante con nuestras hipotecas y créditos)
La deuda que tenía el fondo cuando pidió prestado al banco para comprar la empresa se la endosan a la propia empresa, que va pagando la deuda con los beneficios que genera (si los genera si no, se declara insolvente y aquí todos contentos) con lo que el fondo sólo ha puesto un % mínimo en la adquisición.
Cuando la empresa pague la deuda con sus beneficios, el fondo la vende generalmente reintroduciéndola en bolsa, es una operación muy rentable pues el riesgo se traslada al banco que concedió el crédito pues éste no está prestando al fondo sino a la empresa objeto de la operación.
¿qué? ¡no me digáis que no son listos estos tíos!.
Y me preguntaréis:
¿y por qué los bancos pican? Pues porque a ellos también les interesa y me explico: con este sistema “obligan” a las empresas que son compradas por los fondos a pedir un crédito (estaría mejor decir que el fondo es el que pide el crédito y se lo clava después a la empresa), este crédito es pagado por la propia empresa que intenta subsistir y si no, siempre podrán embargar una empresita más.

Sicav (sociedades de inversión de capital variable)

Esta fórmula es genuina de España, son muy conocidas pues a estas sociedades han acudido lo más granado y florido del capital español.
Estas sociedades accionariales actúan como cualquier sociedad anónima, siendo su teórico campo de actividad la inversión colectiva.
Son esquemas ofrecidos por los bancos y cajas a los ricos para colocar sus capitales y evadir impuestos. La excusa para éste trato privilegiado es que funcionan como un fondo de inversión (los fondos tributan al 0%, la excusa es que están exentos por las ¿plusvalías? que generan);
Para crear una sicav deben tener más de 100 participantes y un capital mínimo de 2,400,000 € aunque no hay problema por que son lo mismos bancos los que organizan el fraude poniendo los 99 accionistas que faltan. El truco se basa en poner en contacto a diferentes clientes con los mismos intereses según el esquema: “yo te ayudo a ti a montar tu sociedad y tú me ayudas a mí a montar la mía”.

La autorización de una sicav corresponde a la CNMV que suele hacer la vista gorda ante tales manejos.

Los beneficios obtenidos por estas sociedades tributan al 1% en el impuesto de sociedades y al 18% cuando sus titulares retiran beneficios, frente al 30% que tributarían si fueran otro tipo de sociedad.
No está nada mal, no.

Productos financieros especializados.

Ahora vamos a repasar muy esquemáticamente qué son algunos de los productos que están más de moda en la economía especulativa y que, gracias a su aparente complejidad, han sido utilizados para tapar las más horrendas de las prácticas financieras y que son los principales causantes de esta crisis.

MBS (o Morgage Backet Securities) ¡toma ya!

Bueno pues esto no es más que el nombre de un producto (un paquete) donde los fondos de inversión meten nuestras hipotecas y las de los Ninja y las sub-prime... y les ponen ese palabro para que los inversores queden impresionados y los compren.
Es un producto especializado en hipotecas, si son hipotecas de viviendas residenciales se denominan RMBS (Residential Morgage Backet Securities) y si son comerciales (naves, almacenes...) CMBS (Commercial Morgage Backet Securities).


ABS (Asset Backed Securities).

Este producto sube un escalón en complejidad con respecto al anterior.
Lo que hacen es una especie de pupurrí de títulos (créditos, planes de pensiones...) y los mezclan en un producto (paquete) repartiendo así el riesgo y contaminándolo todo e impidiendo saber qué es exactamente lo que uno compra. El riesgo está en que dentro del mismo paquete puede haber un plan de pensiones en el que el poseedor del mismo sea fiable y pague, junto a un crédito de una tarjeta que el propietario no sea responsable y no se haga cargo de la deuda de dicha tarjeta, con lo que es muy difícil saber cuánto riesgo tomo al comprar dicho producto financiero.
Ya no se basan como los anteriores únicamente en hipotecas, en este producto sirve cualquier título.

CDO´s (collateralized debt obligations)

Este producto pertenece a la familia de los ABS pero más complejos aún (le dan una vuelta de tuerca más para que el mayor riesgo los haga más rentables), en los ABS cogían títulos para hacer paquetes y aquí lo que hacen es trocear los paquetes y mezclarlos de nuevo con otro nombre, (se retitulizan), esta división está relacionada con el riesgo, de tal manera que los trozos de paquetes más seguros van en la franja superior del paquete nuevo (o sea del nuevo producto). Son los más seguros ante posibles impagos y los que van en la inferior del paquete son los menos seguros y están más expuestos a los posibles impagos de los títulos. Este nuevo producto posibilitó que los inversores pudieran adquirir sólo los tramos que ellos quisieran de cada nuevo producto, es decir, si querían correr más riesgos comprando los tramos de abajo o menos riesgo comprando los de arriba.
Con esto se conseguían dos cosas fundamentales para la nueva economía financiera: tener más opciones de compra para especular y más riesgo para aumentar las ganancias (o pérdidas).

CDS (Credit Default Swaps)

Esto se creó como un seguro, es decir, cuando un inversor compraba alguno de los paquetes comentados más arriba contrataba además, con una empresa aseguradora (por ejemplo A.I.G), un seguro de impago (se protegía por sí fallaba en la apuesta).
Aunque la complejidad y riesgo de los productos derivados eran enormes, las ganancias suplían con creces los miedos de los compradores, que gastaban más dinero adquiriendo los CDS confiados en que el negocio sería rentable aunque aumentaran los gastos.
Pero como nunca tienen bastante, idearon una estrategia digna de Luciffer:
supongamos que somos un gran banco muy influyente, creamos una filial por ejemplo un fondo de inversión llamado “X”, el banco compra un producto de muy buena reputación a largo plazo (es decir que apuesta a que su valor crece) y al mismo tiempo adquiere CDS´s para asegurarse por si se equivoca en la apuesta, estos CDS,s están baratos porque el producto es fiable; los inversores, suponiendo que el banco influyente está bien informado, hacen la misma apuesta con las cantidades que cada uno pueda. Acto seguido, la filial “X” comienza un ataque masivo (apostando gran cantidad de capital) a corto (que el producto se va a la mierda). El pánico invade el mercado y Efectivamente, el producto se va a la mierda, el banco está asegurado con los CDS,s ante las pérdidas.
Hay que tener en cuenta que el banco gana por los dos lados, el banco está protegido con los CDS y gana el fondo de inversión X porque gana la apuesta y el producto se va ha la mierda... y como son los dos la misma cosa...¡pues negocio redondo!.






Esto es un pequeño resumen de las prácticas y productos altamente especulativos que son moneda común en la moderna economía financiera, como habéis podido comprobar, (si tuvisteis el valor de terminar el texto) todo es una maquinaria preparada y organizada para acumular gran cantidad de capital a base de aumentar el riesgo; En ningún momento a la hora de diseñarla se pensó en los ciudadanos, simplemente se ha buscado rentabilizar al máximo el capital y beneficiar, como es obvio, únicamente a los que lo poseen. Eso sí, como ningún tonto tira piedras a su tejado y a ningún listillo le gusta perder dinero cuando juega, se preocuparon de jugar con red, pues ataron todos los cabos utilizando su poder e influencias, para que, en caso de bancarrota (como ha ocurrido) fueran los organismos internacionales los que acudieran a su rescate con el dinero del ciudadano común.

Espero que os sea de utilidad para que no nos sigan contando milongas del estilo: “es que vivimos por encima de nuestras posibilidades” o “hay que reformar el estado del bienestar para hacerlo sostenible”.



Un saludo: MIGEL ROMANO ROMERO